Una buena salsa de tomate merece la mejor calidad. Aunque nuestros tomates son especialmente apropiados para comer en ensalada, la salsa de tomate es también una opción nada desdeñable y que ofrece una segunda vida al fruto cuando este está demasiado maduro. En ese caso se puede hacer una salsa con la que acompañar otros platos.

Cómo elaborar salsa natural de tomate

La mejor forma de elaborar una salsa natural y que guarde todo el sabor casero es poniendo en una cazuela un poco de agua en el fondo para evitar que se pegue y trocear ahí mismo el tomate lavado.

Cuando empiece a hervir, ir retirando el agua que desprenda para lograr una textura un poco espesa. Siempre se puede añadir algo de esta agua más tarde, en caso de que se haya quitado demasiado.

Cuando la salsa esté a nuestro gusto, pasarla por un pasapurés y después por el chino. Debe quedar una crema de intenso color rojo. Ojo, que si metemos la batidora perderá tonalidad.

Así habremos obtenido un tomate natural que se puede guardar en conserva (es importante utilizar tapas nuevas para que no se estropee) para usar en otra ocasión, o hacer una salsa de tomate frito.

Para elaborar la salsa de tomate tradicional hay que sofreír en una sartén o cazuela ajos, cebolla preferiblemente roja y pimiento verde.

Las dosis dependen de la cantidad de tomate natural que tengamos, pero es bueno ser generoso con las verduras. Cuando estas estén pochadas, añadir el tomate natural y dejar hervir para que se mezclen los sabores.

Añadir sal y azúcar a gusto del consumidor.

Cuando esté en su punto pasarlo por el pasapurés y, si se quiere una salsa más fina, también por el chino. Al igual que la salsa de tomate natural, esta también se puede poner en conserva para usos posteriores.

Ahora ya sabes cómo elaborar una deliciosa salsa natural de tomate… y aquí puedes comprar los mejores tomates extras del País Vasco.

¡Buen provecho!