En Tomates Roiz contamos con una amplia experiencia en el sector de la producción hortícola. Dedicados en exclusiva al tomate desde hace una década, la variedad que cultivamos en nuestras instalaciones se denomina Jack. Destaca por su delicioso sabor, que recuerda al tomate de siempre, su jugosa pulpa y su piel lisa y fina.
El tomate Jack es una de las variedades que más se cultivan en el norte de la península, donde se da una alta producción tanto para el cultivo en invernadero como al aire libre.
Muy carnosos y jugosos, los frutos pueden alcanzar los 600 gramos con facilidad. El aroma afrutado es muy característico en estos tomates, que con su tradicional sabor resultan la mejor opción para ensaladas, o para degustar directamente con un poquito de sal y aceite de oliva.
Tomate de temporada
El cultivo de nuestros tomates sigue un riguroso control de calidad, por lo que solo están disponibles durante su temporada natural, que no es otra que el verano. Normalmente de mediados de junio hasta octubre.
En este tiempo de producción las fases lunares, el clima y el propio proceso natural de la planta provocan variaciones en la maduración del fruto que se traducen en momentos de mayor producción o de escasez.
Estos altibajos son inevitables y creemos que es necesario respetar estos tiempos naturales para recoger los tomates cuando alcanzan el punto de maduración idóneo, y ofrecer así el mejor sabor y la más óptima calidad.
Cultivo natural
Cosechados con técnicas naturales, y buscando ofrecer siempre el verdadero sabor del tomate de la huerta, cultivamos nuestros Tomates Roiz en la localidad alavesa de Okondo, en el hermoso Valle de Ayala, donde tenemos un invernadero de 2.200 metros cuadrados.
Defendemos los cultivos controlados (pequeños productores y familiares) frente a las grandes producciones, y trabajamos de una forma totalmente artesanal, desde la plantación hasta la recogida.
Dos personas, Sara e Inma, nos ocupamos directamente de la cosecha, desde que llega la planta hasta que se recoge el último tomate. Son nuestras manos las únicas que cuidan y miman las plantas para que cada fruto sea único. Nosotras personalmente los recogemos uno a uno y los empaquetamos para que lleguen con la mejor calidad a tu casa.
Trazabilidad
Tomates Roiz usa un control riguroso de la calidad del producto, ofreciendo toda la información disponible sobre la historia del alimento y su proceso de producción. Es lo que se conoce como la trazabilidad: desde el suelo, la semilla, la manipulación y hasta su destino final en tu mesa.
La etiqueta de calidad del Gobierno Vasco ha acompañado a nuestros tomates hasta 2022, que hemos optado por la etiqueta propia, sin dejar de cumplir con todos los requisitos necesarios para obtener la mejor calidad.
Nuestras instalaciones responden a una Producción Integrada (PI), que es un sistema de producción agraria que utiliza prácticas compatibles con la protección y mejora del medio ambiente, los recursos naturales, la diversidad genética y la conservación del suelo y el paisaje.
Polinización
La flor del tomate es hermafrodita y se auto-fecunda. De manera natural, en los cultivos al aire libre, la sacudida del polen la produce el efecto del viento y por la vibración que provocan, durante la recogida del polen, los abejorros silvestres.
Cuando el cultivo está en invernadero el viento puede no ser suficiente y las abejas tienen el acceso limitado, por lo que hay que recurrir a la introducción de polinizadores.
Siguiendo con el proceso natural de la cosecha, introducimos abejorros seleccionados de la variedad bombus terrestris para la polinización de las flores del tomate. De esta manera se consigue un buen sellado del fruto y un mejor sabor.
Bichos contra bichos
Conscientes de la necesidad de obtener un producto natural, acorde a nuestra conciencia ecológica y en armonía con el ecosistema, optamos por la erradicación de plagas a través de técnicas de bio-control.
La Tuta Absoluta es la pesadilla de los tomates. Pero sus antagonistas son una especie de chiches que se llaman Nesidiocoris Tenuis, y son especialistas en depredar los huevos y larvas de la Tuta.
Por eso hacemos más de una suelta de estos pequeños insectos que además son útiles contra los problemas de Minador y Araña Roja.
Implantar esta suerte de guerra biológica en el terreno, un ejército que recibe también la denominación de ‘fauna auxiliar’, cumple con el objetivo de sustituir a los plaguicidas.